Volver al origen, a la tierra. Conectarse de lleno con el lugar que habitamos, el cual nos provee de todo lo necesario. Utilizar las manos como canal directo hacia lo natural, hacia el inicio de todo. Eso es lo que un artesano trabaja en los minutos de su vida.
La arcilla significa amasar el barro, sentir su textura con cada minúscula parte de las manos, moldearlo y darle forma. Desde los inicios de la humanidad, el hombre descubrió la utilidad que poseían ciertos tipos de barro, los cuales podían ser secados y conservar la forma que que se quisiese. Las primeras muestras de una cerámica hechas manualmente, dotan de la Prehistoria, del período neolítico.
Todas las culturas y civilizaciones de la historia han hecho su propio entendimiento y trabajo de la arcilla. Creando a través de ella, increíbles expresiones artísticas y magníficas obras.
Los Takumis de Mazda, entienden de esta conexión entre sus manos y la tierra. Son quienes dedican tiempo y trabajo a la creación de piezas únicas en arcilla, moldeando suavemente entre sus manos este material, dedicándole horas enteras y pasión, para así transferir a cada vehículo el espíritu y fluidez de la naturaleza misma.
La arcilla es un componente directo de la naturaleza, se trata de un elemento que permite su total manipulación para moldearlo a antojo de manera fácil, ya que al combinarlo con otros elementos se convierte en algo blando y generoso con las manos que la dirigen.
El proceso de transformar la arcilla en algo es un arte, donde el tiempo y el espacio se distancian del momento que sólo presta atención al presente. Un arte milenario que ha traído progreso a diversas culturas y facilitado importantes piezas de arte, utensilios y herramientas para todas las civilizaciones, su evolución y cultura.
Un elemento de la madre tierra capaz de moldearse en diversos estados hasta convertirse en aquello deseado por las manos que intervinieron en su creación, a través de la solidez intacta.
Es un material que permite su constante reconstrucción, aún así, cuando algo llega a romperse, sus fragmentos son muy difíciles de destruir. Esto hace que su esencia e historia perdure en el tiempo, de hecho, gran parte de nuestro legado se sabe gracias precisamente a partes de objetos que han sido recuperados.
Ya desde nuestros comienzos, se relacionaba al barro con el origen de la vida y el origen del hombre, de tal forma que religiones y mitologías describen nuestro nacimiento mediante un ejercicio de los dioses en papel de alfareros y artesanos, que entendían y utilizaban la arcilla y el barro como elementos de sus creaciones. A través del barro modelaban al ser humano como creían pertinente a través de la inspiración de la naturaleza.
Diversas mitologías como la babilónica, la sumeria, la egipcia, la griega, la china o quiché, los Anales de los Cakchiqueles e incluso el mismísimo Popol Vuh, exponen escritos aludiendo al nacimiento del hombre a través del barro. Demostrando así un poderoso vínculo entre este elemento natural y el ser humano, que desde sus orígenes sabe del fuerte vínculo con el barro y los elementos de la naturaleza.
"Cuando hicieron al hombre, de tierra lo fabricaron, y lo alimentaron de árboles, lo alimentaron de hojas. Únicamente tierra quisieron que entrara [en su formación]. Pero no hablaba, no andaba, no tenía sangre ni carne, según contaban nuestros antiguos padres y abuelos ¡oh hijos míos!" Fragmento del Memorial de Sololá.
Cada vehículo Mazda emerge desde la tierra, específicamente de la arcilla, tomando como musa a la naturaleza misma.
Los modelos de arcilla, son hábilmente esculpidos por artesanos Takumis, que aportan al cien su capacidad de transformación a través de la pasión. Son ellos, quienes dan origen a las etapas más tempranas del proceso de diseño de Mazda.
Los modeladores artesanales utilizan todo su cuerpo y tiempo para encontrar la forma y las líneas esenciales sobre las que después se desarrollará el resto del diseño, trabajando cada partícula de la arcilla con habilidad y emoción, para así crear formas y plasmar ideas en modelos de tamaño real que adoptan un alma y una belleza únicas de la propia fluidez de la naturaleza.
Los diversos vehículos creados por Mazda, captan y representan el movimiento de las criaturas vivas, trasladando de manera directa esta esencia a la forma y el diseño del automóvil para crear una imagen de vitalidad y dinamismo.
Los diseñadores de Mazda estudian cada detalle en su totalidad: desde el movimiento de los animales en su hábitat natural, el momento en que se encuentran a punto de cazar a su presa, hasta momentos de tensión contenida en el que un arquero Yabusame suelta una flecha desde arriba de su caballo. Todo, para recrear perfectas líneas tensas, musculadas y fluidas y manifestarlas en cada pieza única de sus vehículos.
Hecho a mano, creado con el alma; la arcilla es un elemento que conecta de manera directa con la naturaleza y el origen, ofreciendo lo mejor de sí para generar increíbles piezas que se han propagado desde la prehistoria hasta nuestra actualidad en diversas culturas del mundo.
Un componente maleable, natural, flexible, capaz de adaptarse a cualquier circunstancia y mantenerse fuerte y sólido durante mucho tiempo. La naturaleza en consonancia con manos humanas, capaz de darle vida a través de la dedicación artesanal y la pasión por crear verdaderas piezas de arte.