Dubái es un oasis de rascacielos surgido en pleno desierto, y eso es algo que la arena que rodea los icónicos edificios recuerda a cualquier visitante.
Parte de los Emiratos Árabes, Dubái es una ciudad que se levantó en solo dos décadas y continúa en constante crecimiento, por eso su aspecto inacabado. Una ciudad vertical que ha florecido en el desierto y uno de los mejores destinos para disfrutar del sol todo el año.
Zocos, mercados tradicionales, impresionantes centros comerciales... nos sorprendemos de la arquitectura de sus edificios, hoteles que exceden las 5 estrellas y los autos de lujo por todas partes. Desde el desierto hasta el mar, y del shopping al esquí, Dubái te ofrece todo lo que las ciudades modernas solo pueden soñar.
Los primeros habitantes del emirato se dedicaban al comercio de perlas, una actividad en la que basarían su economía hasta el siglo XX y que les permitiría tener relaciones comerciales con China, India y Pakistán, principalmente.
Su progreso económico y la estratégica ubicación en el Golfo Pérsico motivó la ambición de otras naciones para apoderarse de sus rutas comerciales. En 1766, Gran Bretaña se hizo con el control de las rutas que les unían con el Golfo Pérsico, y desde entonces Dubái pasó a constituir un protectorado del gobierno británico, situación que prevalecería por casi dos siglos. Desde 1833 el clan Al Maktum gobierna el Emirato.
Sería el descubrimiento de petróleo en Dubái, en los años 1960, lo que supuso un cambio significativo en la economía y administración de la ciudad. En la década siguiente se formaron los Emiratos Árabes Unidos, dando término a su relación de dependencia con el Reino Unido.
Dubái alberga varias construcciones y obras de infraestructura notables como los hoteles de lujo Burj Al Arab y Burj Khalifa —con 828 metros de altura— y los puertos de Mina Rashid y Jebel Ali, de los más modernos que existen en el mundo y destacados comercialmente por su ubicación estratégica. También se destaca el complejo habitacional de islas artificiales The World y The Palm Islands.
Desde Islas artificiales a centros comerciales con pistas de esquí en su interior, todo está construido bajo el signo del gigantismo. Esencia del lujo y del todo es posible, Dubái conduce al viajero al descubrimiento de una arquitectura emblemática, causando provocación y asombro.
En la arquitectura y estilo único logrado en las más destacadas construcciones de Dubái pueden apreciarse rasgos de países como Irán e India. Por ejemplo, en los captadores de viento y las puertas talladas características de ciertos edificios.
La dirección del viento guarda una especial importancia en el diseño de viviendas y otras estructuras debido al clima cálido imperante, además de las tormentas de arena que regularmente azotan a toda la región. A esto se debe la planificación urbana de viviendas y edificios, dispuestos relativamente cerca entre sí para formar pasillos estrechos que son conocidos por los nativos como sikkas. Éstos presentan una orientación de norte a sur y llegan hasta el Khawr Dubayy, de forma que garantizan la circulación de corrientes de aire fresco durante la mayor parte del día, algo así como un gran y gigante aire acondicionado "natural" generado en la disposición de la arquitectura.
La religión es otro aspecto relevante en el diseño de las viviendas; las habitaciones presentan vistas al interior acorde al concepto de modestia señalado por la religión musulmana.
La incorporación del cemento como material de fabricación, junto con el hallazgo de petróleo en los años 1960, supusieron un cambio cultural importante en el diseño arquitectónico del emirato.
A partir de entonces comenzaron a desarrollarse proyectos de gran escala bajo la gestión del jeque, que incluyeron carreteras y sistemas cloacas. Si bien la mayoría de la población de Dubái es extranjera, algunos arquitectos prefieren el uso de elementos alusivos a la historia del emirato, mientras que otros abogan por la renovación de antiguos edificios, pero siempre condicionados e incorporando distintivos culturales y tradicionales.
Algunos de los más destacados son el Dubái Financial Market, un edificio en forma de pétalos. El hotel de lujo Burj Al Arab, conocido por su diseño en forma de vela y su considerable altura de 321 metros; y Burj Khalifa, uno de los rascacielos más altos del mundo y cuyo diseño nos recuerda al de las plantas Hymenocallis. El conjunto de islas artificiales de The World y The Palm Islands; y la Cayan Tower, una torre en espiral de 310 metros de altura.
Dubái no para de crecer, consolidándose como una ciudad que mira al futuro, recuerda su estilo del pasado y nos vuelve a recrear la mirada con las novedades que año a año nos tiene por mostrar.
Hoy en día, Dubái se ha convertido en una metrópolis cosmopolita que ha ido creciendo hasta convertirse en una ciudad global, y el centro cultural y de negocios de Oriente Medio y la región del Golfo Pérsico.