Es inevitable, a la hora de pensar en casos de éxito, tener presente instantáneamente la eficacia que Japón transmite a cada actividad y acción que realiza. Se trata de un país que sabe concentrar todos sus valores y filosofía de vida en una práctica y hábito continuo del día a día.
La cultura japonesa cree fervientemente en que existe una razón intrínseca a cada humano, que lo moviliza a ser y hacer lo mejor de sí en la rutina de cada día. Por lo tanto, todo lo que se materializa en manos de una persona japonesa, nace de la pasión y propósito.
La prosperidad de todo lo que realizan los japoneses se debe a las diversas filosofías de trabajo surgidas en el siglo XX con las que se encuentran representados y a través de las cuales persiguen el objeto de crear un trabajo racional y eficaz; más humano.
1- Kaizen es una filosofía que fue desarrollada en los años 80. Persigue el concepto de avance constante a través de logros cumplidos a lo largo del camino. Se enfoca en superar pequeños pasos día tras día para una continua mejora.
Esta filosofía se focaliza en la eliminación de residuos innecesarios, los cuales son eliminados de forma sistemática mediante la ejecución continua de mejoras. A través de esta filosofía, se pretende desechar todo accesorio o acción innecesaria que puedan provocar accidentes, resultar dañadas o perturbar el proceso.
Se trata de una revolución sutil lograda a través de pequeñas conquistas, sin necesidad de alardes tecnológicos ni exuberancias.
Kaizen entiende que cada trabajador se compromete tanto con su tarea como con la de sus compañeros y se encuentra siempre atento al proceso, dispuesto a solucionar de la manera más acertada y rápida cualquier fallo. Su actitud contribuye a la mejora continua de la empresa y al bienestar de los demás.
2- La filosofía Ikigai centra su interés en lograr que el trabajo sea un aporte verdaderamente valioso en la vida de las personas. Se orienta en identificar lo que nos apasiona y hacemos bien, encontrando así nuestro propósito y viviendo para cumplirlo.
Bien ser, bien hacer, bien estar y bien tener hace hincapié en determinados valores como forma de conseguir la realización personal y el éxito empresarial: actuar con honestidad y trabajar de forma correcta para alcanzar el bienestar, al que le sigue el bien tener.
3- Por último, otra troncal filosofía de la cultura japonesa se basa en el Método 5S, el cual entiende que el éxito profesional radica en: Seiri: diferenciar lo importante de lo accesorio; seiton: orden y organización; seiso: limpieza en el espacio de trabajo; seiketsu: asumir que hay que cumplir los puntos anteriores y, finalmente, shitsuke: establecer estándares de calidad.
Estas filosofías funcionan como la vértebra de la cultura japonesa y persiguen la idea de perfección en todo accionar. Esta manera de concebir la vida es lo que lleva a esta cultura a ser tan exclusiva y distinguida en cuanto a todos sus trabajos.
Si de empresas japonesas exitosas hablamos, Mazda es uno de los principales ejemplos a nombrar. Ya que se trata de una marca que ha sabido fusionar a la perfección un conjunto de filosofías y valores propios de la cultura, en conjunto al hábito de trabajo y los propios resultados del mismo.
Tanto ingenieros y artesanos, como los mismos vehículos son la muestra pura de la disposición de las filosofías anteriormente nombradas como ejemplo de superación y perfección.
Cuando se habla de los vehículos Mazda como verdaderas obras de arte se refiere a todo esto. Ya que son creaciones perfectas de maestros especializados en diferentes áreas, que invocan a su pasión para realizar el mejor trabajo posible, ofreciendo al mundo su mejor versión.
Un ejemplo clave en este crisol de filosofías puestas en práctica, es el Mazda CX-30 y el Mazda 3. Vehículos que presentan la evolución a partir de la belleza de la sencillez. Estás pieza de Mazda y sus novedosas versiones se desprenden por completo del concepto de exuberancia y eliminan todo “residuo” innecesario.
Evocar a este concepto filosófico devino en la posibilidad de ofrecer modelos que permiten el juego de luces y sombras en todo su exterior, demostrando la belleza simple y natural que se combina con el constante movimiento.
Otro claro ejemplo es el sistema de la tecnología de punta con la que equipa todos su vehículos Mazda, denominada Skyactiv. Tecnología que se ha encargado de eliminar el peso innecesario en todos los vehículos de la marca para generar una conducción más libre y placentera.
Son infinitas las transposiciones culturales al hábito de trabajo de Mazda que van desde la manera de trabajar, el proceso hasta la obra acabada. Todo este desarrollo de estrecha conexión entre ser y hacer a través de la filosofía y la cultura es lo que posiciona a la marca nipona como exclusiva, genuina y sofisticada.
La pasión, la misión y propósito que depositan en cada acción es lo que presenta a Mazda como un ejemplo constante de superación y avance.